Song: El corrido de Rosita Alvírez
Año de mil novecientos,
presente lo tengo yo,
en un barrio de Saltillo,
Rosita Alvírez murió.
Su mamá se lo decía:
– Rosa esta noche no sales.
– Mamá no tengo la culpa
que a mí me gusten los bailes.
Llegó Hipólito a ese baile
y a Rosa se dirigió,
como era la más bonita,
Rosita lo desairó.
– Rosita no me desaires,
la gente lo va a notar.
– Pues que digan lo que quieran
contigo no he de bailar.
Echó mano en la cintura
y una pistola sacó;
y a la pobre de Rosita
nomás tres tiros le dió.
La noche que la mataron,
Rosita estaba de suerte:
de tres tiros que le dieron,
nomás uno era de muerte.
Su mamá se lo decía:
– Ya ves, hijita querida,
por andar de pizpireta
te había de llegar el día.
La casa era colorada
y estaba recién pintada,
con la sangre de Rosita
le dieron otra pasada.
Rosita le dice a Irene
-No te olvides de mi nombre,
cuando vayas a los bailes
no desprecies a los hombres.
Rosita ya está en el cielo,
dándole cuenta al Creador,
Hipólito en el juzgado,
dando su declaración.