Yo nací para cruzar puentes – por Maliyel Beverido

Yo nací para cruzar puentes

Hay quienes se alojan en sus sombra
y quienes se arrojan por su borda;
yo nací para cruzarlos,
para mirar cómo se acerca la otra orilla
con ese vértigo hecho de paz y asombro.
Yo nací para cruzar puentes.
Podría permanecer como la hierba del prado,
como la gravilla ribereña,
como un arbusto más del soto,
como un álamo que aguarda,
al margen de la calle transitada,
a que un rodar se interrumpa y cuente
cómo es de donde viene.
Podría quedarme dócilmente aquí,
donde he nacido, hasta morirme.
Pero no quiero.

Podría también dar ojeadas sediciosas
a otros que se van y vuelven,
o no.
Pero no quiero:
Yo lo que quiero es cruzar puentes.

Cruzar un puente es dejar un mundo
sin renunciar a él.

Podría atravezar el aire en vuelo
como una espora vegetal,
como un ave -de sangre o de aceite-
como una bala de cañón,
saltar de un punto a otro del planeta
y avistar desde lo alto
el fondo de los acantilados y los arroyos
sin mojarme los pies.
Pero no quiero;
Yo nací para cruzar puentes.
Nací para dar un paso tras otro
sobre un entarimado que se construye al tiempo que ando
en una prolongación del suelo.
Tomar la barandilla,
estirar los brazos como un funámbulo
o esconder las manos en los bolsillos del saco.
Marchar, marchar
Observar a los costados,
o sólo hacia delante, o hacia atrás, o avanzar a ciegas.

Cruzar un puente es acercarse a un mundo
sin ampararse de él.

Yo nací para cruzar puentes;
los vetustos, los hechizos, los modernos.
Mohosas celosías de metal,
troncos derribados,
estructuras de hormigón,
esmerados cúmulos de piedra.

Un puente es ambas caras de una moneda en el aire,
la joroba de un camello de dos cabezas,
la mano que el espejo tiende,
una fracción de Moebius,
y no existe vueltra atrás.
El anhelo lleva al otro lado,
siempre al otro lado.

Siempre es domingo sobre el puente.

Hay millones de puentes que me esperan.
Yo nací para cruzar puentes;
alguien ha estado construyendo puentes
desde el principio de los tiempos para mí,
para que yo me eche a recorrelos.
De madera de acero de piedra,
colgantes levadizos suspendidos,
de viga en arco atirantados,
puentes viaductos pasarelas.

Puentes para unir tierra con tierra,
puentes para los pies, de los pies a la cabeza.
Al otro lado un contraluz, una sombra, una figura,
un susurro quizá, seguramente una palabra
que me invita
al otro lado que soy yo misma.

Yo nací para cruzar puentes.

Y cada mañana me levanto
como un puente
para que el día me atraviese.

Acerca de Olguis

Caer y rectificar, comprender y amar,observar y aprender
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2 respuestas a Yo nací para cruzar puentes – por Maliyel Beverido

  1. david dijo:

    all is 1

  2. david dijo:

    ilimitada

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